Tal como se conoce en la actualidad, el concepto de medicina basada en la evidencia (MBE) se originó en la Universidad de McMaster, Canadá, a comienzos de la década de 1.990, como un movimiento que enfatiza la importancia de fundamentar las toma de decisiones clínicas en la evidencia científica.
Para los creadores de la MBE, esta puede definirse como “el uso conciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia disponible para tomar decisiones respecto de la atención individual de los pacientes”, en otras palabras, la integración de la práctica clínica con la investigación científica.
Un artículo publicado en la última edición de las Clínicas Dentales de Norte América invita a reflexionar acerca de la importancia de esta práctica para la práctica odontológica, sobre la base que introduce mejoras en la atención y satisfacción del paciente, contribuye a aumentar la predictibilidad del tratamiento y fortalece la confianza en el profesional, al tiempo que contribuye a disminuir los costos asociados al tratamiento.
De acuerdo con los autores, los odontólogos deben estar en capacidad de buscar y evaluar la evidencia de manera eficiente, mediante la consulta y análisis de guías de práctica clínica basadas en la evidencia, revisiones sistemáticas y estudios primarios con sinopsis de conocimiento científico, para lo cual, se incluyen en este artículo una serie de conceptos y herramientas que posibilitan la generación del material requerido para soportar una práctica clínica basada en la evidencia.
Referencia
Gillete J, Balevi B. Simple approaches for establishing an Evidence-
Based Dental Practice. Dent Clin N Am. 2019; 63: 1 -16.
Resumen disponible en
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0011853218300557?via%3Dihub