El maltrato físico es la forma más común de maltrato identificada por los clínicos. Curiosamente, las lesiones sospechosas rara vez van acompañadas de un reconocimiento del daño infligido, incluso cuando ésta es la causa.
Por lo anterior, los clínicos deben tener un alto índice de sospecha y, cuando las lesiones parezcan compatibles con el maltrato físico o no se expliquen adecuadamente, deben seguir los procedimientos de salvaguardia.
Sin embargo, como para cualquier problema clínico, hay que considerar un diagnóstico diferencial, incluyendo afecciones médicas que pueden imitar signos que sugieren maltrato físico o aumentar la vulnerabilidad del niño a determinadas lesiones.
Un artículo publicado en la edición de marzo de la revista Paediatrics and Child Health analiza el diagnóstico diferencial de los hematomas y otros trastornos de al coagulación, las fracturas y los traumatismos craneoencefálicos, que son las tres manifestaciones más comunes del maltrato físico.
De acuerdo con los autores, “Hay muchas condiciones que pueden imitar algunas de las características del maltrato físico, pero pocas que puedan replicar de cerca los patrones típicos evidenciados por la literatura, por lo que se requiere conocer dichos patrones para ayudar a identificar niños y adolescentes que necesitan una evaluación médica adicional en busca de maltrato.
Referencia
Differential diagnosis of child physical abuse: conditions that may be mistaken for child abuse. Paediatrics and Child Health. 2023; 33 (3): 78-83.
Artículo disponible en
https://ezproxy.tqfarma.com:2075/science/article/pii/S1751722222001913