El accidente cerebrovascular (ACV) es la tercera causa de mortalidad en todo el mundo y una de las principales causas de discapacidad en la población adulta, con el ictus isquémico agudo (EIA) como responsable del 80% de los ACV.
Hasta la fecha, la única terapia farmacológica aprobada por la FDA para el tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico en Estados Unidos es la trombolisis intravenosa con activador de plasminógeno tisular (t-PA), el cual debe administrarse dentro de las primeras 4.5 horas del inicio del cuadro.
La brevedad del período de tiempo dentro del cual puede llevarse a cabo la intervención terapéutica limita su uso y solamente entre el 2% y el 5% de los pacientes afectados por esta condición médica obtienen los beneficios del tratamiento, por lo cual se han explorado otras alternativas como la trombectomía mecánica y la fibrinólisis intraarterial.
Un artículo publicado en la última edición de la revista Biomedicine & Pharmacotherapy presenta los resultados de una revisión sistemática de la literatura, llevada a cabo con el objetivo de resumir el estado actual y los desafíos de la neuroprotección en el accidente cerebrovascular isquémico.
De acuerdo con los autores, la evidencia existente sugiere que el futuro de los agentes neuroprotectores en el tratamiento de esta condición médica no está claro y aunque los estudios preclínicos han demostrado que la administración de dichos agentes ofrece una mejora en la reducción del tamaño del infarto cerebral y en los resultados funcionales, estos hallazgos no se han visto asociados a cambios clínicos.
Referencia
Goenka L, Uppugunduri SatyanarayanaCh, Kumar S. Neuroprotective agents in Acute Ischemic Stroke: A Reality Check. Biomedicine & Pharmacotherapy. 2019; 109: 2539 - 2547
Resumen disponible en
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0753332218363935?via%3Dihub