Consulte a su médico antes de administrar el medicamento si usted tiene: asma, una
enfermedad del corazón, hipertensión, una enfermedad renal, si está tomando otro antiinflamatorio no esteroideo (AINE). El
Ibuprofeno puede causar reacciones alérgicas en pacientes con alergia al Ácido Acetilsalicílico y a otros analgésicos o
AINEs. El uso concomitante con el Ácido Acetilsalicílico (ASA) incrementa el riesgo de úlcera gastrointestinal y sus
complicaciones. Suspenda la administración y consulte a su médico si nota una reacción alérgica que incluya: enrojecimiento
de la piel, rash o ampollas, si presenta vómito con sangre, sangre en las heces o heces negras. Adminístrese con precaución
a pacientes con desórdenes de la coagulación, falla renal o que estén recibiendo anticoagulantes cumarínicos. Los pacientes
con hipertensión no controlada, falla cardiaca congestiva e isquémica, enfermedad arterial periférica y/o enfermedad
cerebrovascular, deberán ser tratados con Ibuprofeno luego de una cuidadosa evaluación. Se recomienda empezar el
tratamiento con la dosis efectiva más baja. La administración continua a largo plazo puede incrementar el riesgo de eventos
cardiovasculares y cerebrovasculares. Los efectos secundarios pueden ser minimizados con el uso de dosis bajas por
periodos cortos de tiempo. Adminístrese con precaución en mayores de 60 años ya que sufren mayor incidencia de
reacciones adversas a los AINEs, concretamente hemorragias y perforaciones gastrointestinales, que pueden ser mortales,
pacientes con insuficiencia hepática moderada, cirrosis hepática, insuficiencia renal leve o moderada. A menos que sea
prescrito por un profesional del cuidado de la salud, detenga la administración y consulte si el dolor empeora o persiste por
más de 10 días, o si la fiebre empeora o persiste por más de 3 días. Manténgase fuera del alcance de los niños. Evítese tomar
este producto simultáneamente con el consumo excesivo de alcohol (consumo habitual moderado: 3 o más bebidas al día). Se
debe evitar la administración concomitante de Ibuprofeno y otros AINEs, incluyendo los inhibidores selectivos de la
ciclooxigenasa-2 (COX-2), debido al incremento del riesgo de ulceración y sangrado gastrointestinal. En pacientes con
antecedentes isquémicos que estén en tratamiento antiagregante plaquetario con Ácido Acetilsalicílico de liberación rápida, se
debe espaciar la toma de los dos medicamentos, con el fin de evitar la atenuación del efecto antiagregante del Ácido
Acetilsalicílico. Durante el tratamiento con AINEs, se han notificado hemorragias gastrointestinales, úlceras y perforaciones
(que pueden ser mortales) en cualquier momento del mismo, con o sin síntomas previos de alerta y con o sin antecedentes de
acontecimientos gastrointestinales graves previos. El riesgo de hemorragia gastrointestinal, úlcera o perforación es mayor
cuando se utilizan dosis crecientes de AINEs, en pacientes con antecedentes de úlcera, especialmente si eran úlceras
complicadas con hemorragia o perforación y en los pacientes de edad avanzada. Estos pacientes deben comenzar el
tratamiento con la dosis menor posible. Se recomienda prescribir a estos pacientes tratamiento concomitante con
agentes protectores (p.e. misoprostol o inhibidores de la bomba de protones); dicho tratamiento combinado también debería
considerarse en el caso de pacientes que precisen dosis baja de Ácido Acetilsalicílico u otros medicamentos que puedan
aumentar el riesgo gastrointestinal. Se debe tener una precaución especial con aquellos pacientes que reciben tratamientos
concomitantes que podrían elevar el riesgo de úlcera o sangrado gastrointestinal como los anticoagulantes orales del tipo
dicumarínicos (por ejemplo warfarina), los medicamentos antiagregantes plaquetarios del tipo Ácido Acetilsalicílico, los
corticoides orales y de antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Los AINEs deben
administrarse con precaución en pacientes con antecedentes de colitis ulcerosa o de enfermedad de Crohn, pues podrían
exacerbar dicha patología. Se ha observado en algunos casos retención de líquidos tras la administración de Ibuprofeno por lo
que debe utilizarse con precaución en pacientes con insuficiencia cardiaca o hipertensión. Como con otros AINEs, la
administración por largo tiempo de Ibuprofeno tiene incidencia en la necrosis renal papilar y otros cambios patológicos renales.
También se ha observado toxicidad renal en pacientes en los cuales las prostaglandinas renales tienen un papel
compensatorio en el mantenimiento de la perfusión renal. Los pacientes con el mayor riesgo a esta reacción son aquellos con
función renal afectada, falla cardiaca, disfunción hepática, aquellos que toman diuréticos e inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina y ancianos. Ante la suspensión del tratamiento con AINEs, usualmente se presenta la recuperación del estado pretratamiento. Ensayos clínicos y datos epidemiológicos sugieren que el uso de Ibuprofeno,
particularmente a altas dosis (2400 mg diariamente) y en tratamientos con prolongados lapsos de tiempo, puede estar
asociado a un pequeño incremento del riesgo de eventos trombóticos arteriales (por ejemplo, infarto o falla del miocardio). No
obstante, estudios epidemiológicos no sugieren que las bajas dosis de Ibuprofeno (ejemplo < 1200 mg/día) estén asociadas
con el incremento del riesgo del infarto en el miocardio. Se debe evaluar riesgo beneficio en caso de presentar hipertensión,
insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria, arteriopatía periférica y/o enfermedad cerebrovascular no controladas, así
mismo en pacientes con factores de riesgo cardiovascular conocidos. Se han descrito reacciones cutáneas graves, algunas
mortales, incluyendo dermatitis exfoliativa Síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica con una frecuencia
muy rara en asociación con la utilización de AINEs, más frecuentes al inicio del tratamiento. Si se sospechan dichas
reacciones se debe suspender de inmediato y consultar. En caso de deshidratación, debe asegurarse una ingesta suficiente
de líquido. Debe tenerse especial precaución en niños con una deshidratación grave, por ejemplo debida a diarrea. Existe
riesgo de insuficiencia renal especialmente en niños y adolescentes deshidratados. Se debe utilizar con precaución cuando se
administra a pacientes que padecen o tienen antecedentes de asma, rinitis crónica o enfermedades alérgicas. Los AINEs
pueden enmascarar los síntomas de las infecciones. Se ha observado meningitis aséptica con el tratamiento de Ibuprofeno,
más probable en pacientes con lupus eritematoso sistémico, enfermedad del colágeno y en pacientes sin patología crónica, se
debe tener precaución. En los pacientes sometidos a tratamientos de larga duración con Ibuprofeno se deben controlar como
medida de precaución la función renal, la función hepática, la función hematológica y los recuentos hemáticos. En pacientes
sometidos a cirugía mayor se requiere estricto control médico. Durante el tratamiento a largo plazo con dosis elevadas de
analgésicos, pueden producirse dolores de cabeza que no deben tratarse con dosis más elevadas del medicamento. Se
desconoce el papel del Ibuprofeno en el empeoramiento de la varicela por lo que no se recomienda su uso. En pacientes con
porfiria intermitente aguda debe evaluarse el estricto riesgo beneficio. Se han observado en raras ocasiones alteraciones
oftalmológicas. Se recomienda en caso de presentarse, interrumpir el tratamiento y asistir al médico.