La prevalencia de lupus eritematoso sistémico (LES) oscila entre 70 y 90 por 100.000 habitantes, con un veinte por ciento de los casos antes de los 18 años de edad, fenómeno que se asocia a la aparición temprana de las complicaciones de la enfermedad, incluidas las alteraciones renales.
Los polimorfismos genéticos son más comunes en la infancia, incluidas alteraciones en el transductor de señales, el activador de la transcripción 4 (STAT4), la integrina alfa M (ITGAM), la integrina alfa X (ITGAX) y la disminución del número de copias del gen que codifica para los receptores Fc.
Un artículo publicado en la primera edición de las Clínicas Pediátricas de Norte América presenta una revisión actualizada del tema en la que se abordan aspectos epidemiológicos, clínicos y fisiopatológicos, así como referentes para el diagnóstico, el tratamiento y la definición del pronóstico.
De acuerdo con los autores, la variabilidad en la causa y los mecanismos patógenos se ve reflejada en las diferentes formas de compromiso renal, entre las que se destacan la nefritis lúpica proliferativa, la nefritis lúpica membranosa y las variantes no clasificables.
La biopsia continúa siendo la prueba diagnóstica de elección ya que permite orientar el tratamiento de estos pacientes, siendo necesario un monitoreo frecuente para evaluar la respuesta a la terapia, el daño ocasionado por la enfermedad y la aparición de exacerbaciones agudas.
Las manifestaciones clínicas de la nefritis lúpica no se diferencian de las de cualquier otro tipo de glomerulonefritis aguda, incluyendo hipertensión arterial, hematuria, proteinuria, edema periférico, presencia de cilindros hemáticos, hialinos y granulares y falla renal aguda o crónica.
Referencia
Wenderfer S, Eldin KW. Lupus nephritis. Pediatr Clin N Am. 2019; 66: 87 – 99.
Resumen disponible en
https://www.pediatric.theclinics.com/article/S0031-3955(18)30131-7/fulltext